jueves, 20 de enero de 2011

Breve carta abierta a José María Barreda...

Unas cuantas notas sobre el Estado de las Autonomías...

Estimado Presidente de mi Comunidad Autónoma, permítame que algo le comente (y discúlpeme los hipérbatos pero soy muy dado a ellos).

Ayer en el programa 59 segundos el periodista de ABC, creo que era Zarzalejos, construyó su argumento contra Ud. en particular y contra las CCAA en general sobre la línea de que hay un error común al asumir causalidad cuando no hay más que correlación temporal entre el desarrollo del Estado de las Autonomías y la época de crecimiento económico que hemos experimentado.

Si no me equivoco, Ud. le respondió acertadamente que el mismo error se produce cuando se asocia como acto reflejo al Estado de las Autonomías con la situación actual de crisis.

Fue una buena, y sobretodo rápida, respuesta.

Pero en mi opinión hay otra forma de argüir contra ese ataque al Estado de las Autonomías y que lleva a una discusión mucho más bella y elegante.

Y es aquella que se ha hecho en la Ciencia Política sobre las ventajas y desventajas asociadas a la democracia.

Hay míriadas de estudios que han intentado demostrar que las democracias presentan mejores resultados económicos (mayor crecimiento, inflación más controlada, menor paro) que los regímenes autoritarios.

Y han fallado. No existe tal correlación. Es decir, la democracia no garantiza una senda de crecimiento. Por ser democrática la élite de un país no se vuelve más capaz, ni más acertada, ni más sabia, ni toma mejores decisiones. El caso paradigmático en este sentido es China: autocracia y crecimientos de dos cifras.

Pero es que nos equivocamos buscando ahí el por qué de la democracia.

No está su razón de ser en que los exumos sean económicamente más acertados, sino en que la democracia es el único sistema que permite defender los intereses de todos los que en ella participan. Cuando estuve en Uganda en un programa de promoción de la democracia estas discusiones eran habituales.

La democracia no trae, mágicamente, puestos de trabajo o mejoras en el bienestar, pero permite que la defensa de tus intereses se pueda articular dentro del sistema.

Bajo las excusas de que las autocracias toman mejores decisiones económicas se esconde un sesgo antidemocrático en la toma de decisiones. Es el caso de China, es el caso de los gabinetes franquistas con López-Rodos, López Bravos, casos MATESAS, etc.

Llevando por analogía este pensamiento al Estado de las Autonomías, éste no garantizaba inmediatamente las políticas más acertadas para generar empleo, crecimiento, bienestar.

Pero sí permite que los interes de una región, la nuestra, que estaban infrarrepresentados en las camarillas franquistas que antes mencionaba sean ahora considerados con el peso que deben.

La democracia no nos hace más listos. Ni nos permite tomar mejores decisiones, pero incluye a todos.

Ese es el gran valor del Estado de las Autonomías.

La democracia no es más que "la sospecha recurrente de que más de la mitad de la población tiene razón más de la mitad de las veces". Pero nada más.

De ahí el tunecino que decía estos días "quiero trabajo y constitución", porque él sabe bien que no van de la mano.

No se trata este, en mi opinión, de un argumento para los telediarios, para el sound bite, tan constreñido por los tiempos actuales de uso y abuso del marketing político. Pero sí es, creo, válido para esos corros íntimos con periodistas y colegas; conversaciones éstas que luego marcan el tono editorial.

Y con esto, Presidente, me despido.



2 comentarios:

  1. José Antonio Zarzalejos Nieto ya no está en ABC

    ResponderEliminar
  2. Pues no estaba al tanto. Pero no invalida el argumento, ¿no?

    ResponderEliminar